Familia Razon de Vida

El día más triste del año

En el 2005 el psicólogo Cliff Arnall con motivo de una campaña publicitaria para la agencia de viajes Sky Travel determinó que el día más triste del año (conocido también como “Blue Monday”) es el tercer lunes de Enero. El sustento de dicha categorización proviene de los excesos navideños de los cuales muchas familias no se han recuperado ni económica ni emocionalmente y los propósitos de año nuevo se antojan a esas alturas complicados, imposibles o lejanos, provocando esto una profunda decepción.

Hablemos entonces de la tristeza y que hay detrás de esa emoción que es innata a toda persona y de la cual no nos podemos escapar. Partiendo de ese hecho, la invitación a huir de la tristeza en nuestros tiempos podría antojarse como una práctica común

¿Será que le tememos a estar tristes? ¿Será que no debemos mostrar tal señal de debilidad ante los demás porque al mostrarla ya no somos bien vistos? ¿O acaso, no me permito sentir la tristeza porque es algo inútil?

Por otro lado, tampoco sería sano que te encontraras triste la mayor parte del tiempo y ésta fuera la emoción predominante que experimentas, de hecho, sería insostenible estar permanentemente hundido en la tristeza, pero entonces, ¿para qué nos sirve la tristeza? Déjame contarte que la tristeza nos remite a algo muy profundo en nosotros y de lo cual también podemos sacar algo bueno, ya que como decía Pascal “el corazón tiene razones que la razón no puede entender”, entonces imagínate alguna situación común que causaría tristeza, podemos empezar con la pérdida del trabajo y siendo un trabajo muy gratificante y en el cual dedicabas gran parte de tu tiempo, sería ilógico no sentir tristeza por ello. Otro ejemplo podría ser que no fuiste admitido a aquel curso, diplomado, carrera, maestría, etc, que tanto anhelabas y para el cual te habías preparado arduamente. Siguiendo con los ejemplos, cómo te sentirías ante situaciones un poco más difíciles o graves de vivir como: el haberte divorciado, el haber perdido tu hogar ante un desastre natural, el que un ser querido para ti haya fallecido, etc; que difícil no poder sentir tristeza ¿no te parece?

Todos los ejemplos anteriores tienen algo común, en todos perdiste algo valioso y ante ello, la tristeza aflora. Lo valioso en tu vida es difícil de suplir, sin embargo, nos deja la huella de poder recordar aquello que fue valioso y la esperanza de seguir adelante para descubrir nuevas personas, acciones, eventos u objetos valiosos en nuestra vida, y eso nos permite seguir caminando en la vida, reconstruyendo aquel corazón que siente tristeza. La tristeza también te hace más persona, porque te permite sentir compasión por la persona que siente tristeza y ayudarla o si tu eres esa persona que siente tristeza, entonces ser ayudado(a), así también construimos hermandad y comunidad.

Así que cuando te sientas triste, pregúntate, ¿Qué es aquello valioso que he perdido? Y ante ello recuerda lo bueno, lo que te marcó, lo que aprendiste, lo que te hizo una mejor versión de ti mismo; eso sin duda y a pesar de la pérdida te permitirá entender que en la pérdida también hubo algo que valió mucho.

Si el sentirte triste es algo común en ti y a pesar de haber intentado salir de ahí no lo has logrado, puedes pedir ayuda para resolver aquello que te mantiene atrapado(a) en esa tristeza, ya que…

“en el corazón no sólo existe la tristeza, sino que también coexiste la felicidad”.

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