Familia Razon de Vida

Busco la felicidad y no la alcanzo

Quien no ha escuchado en nuestros días, “estás aquí para ser feliz” y esta frase muchas personas se la han tomado muy en serio, a tal grado que uno de sus objetivos en esta vida es la búsqueda de la felicidad. Si intentamos poner un significado a la palabra felicidad, entramos en algunos problemas, puesto que la felicidad es una sensación y emoción que es subjetiva de la persona, es decir, lo que te hace feliz a ti, puede que a mi no me cause dicha felicidad.

Algunas personas consideran que ser felices es tener mucho éxito profesional, sobresalir, ganar bien, tener lujos, viajar a donde se les dé la gana; en el caso de muchos varones conquistar a la mayor parte de mujeres e involucrarse con ellas íntimamente (sentirse todo un “Don Juan”); para otros la felicidad podría estar en realizar acciones altruistas, crear asociaciones donde puedan ayudar a otras personas; para muchos puede ser vivir de lo que los demás les den, ser dependientes toda la vida y así ésta resulta más ligera; y bueno, la lista se podría hacer cada vez más grande.

La investigadora June Gruber de la Universidad de Yale menciona que “establecer la felicidad como objetivo vital puede ser una mala idea” y de hecho asegura que quien se esfuerza por alcanzar este sentimiento como meta puede terminar sintiéndose peor de lo que empezó. Lo que sucede es que cuando se plantea la felicidad como un objetivo, tu pudieras decir, “cuando alcance ese puesto estaré completo” o “cuando me casé con aquel chico(a) seré el hombre o mujer más feliz del mundo” o “cuando acabe mi maestría, estaré en la cima, donde siempre quise estar” y resulta que cuando “alcanzas” aquella meta, te das cuenta que no todo era lo que esperabas y que entonces necesitas un nuevo objetivo con el cual puedas llegar a ese lugar llamado “felicidad”, y es así como has caído en la carrera eterna de la falsa felicidad, volviéndose esta dinámica un círculo vicioso del cual no puedes salir y en el que empiezas a ver “inalcanzable” esa felicidad que tanto buscabas y ahora eso hace tu vida más infeliz de lo que era antes.

Lo cierto es que, quien solo busca ser feliz como un objetivo esta olvidando una parte esencial de sí mismo, y que tiene que ver con que “a veces” aparece en la vida el sufrimiento.

E. Madrigal

El sufrimiento entendido como una sensación que interpela a la persona, la confronta con situaciones a las cuales nunca había estado acostumbrado (la muerte, la culpa, etc), pero que, a su vez, puede traer algunas “ganancias” (por decirlo de alguna manera), si se le logra dar un sentido. Por lo tanto, felicidad y sufrimiento, es un binomio inseparable de cualquier persona y que, por lo mismo, no puedes vivir ni en un estado de “nirvana” (felicidad eterna) todo el tiempo ni tampoco en un sufrir “encarnizado” que te puede sumir en depresión; ser feliz solo porque sí te pone a “flotar” mientras que el dolor con sentido te da humildad (te baja de flotar para poner y plantar tus pies en la tierra, te da más humanidad). Tampoco se trata de buscar el sufrimiento, eso sería masoquismo, porque ni tu ni yo fuimos diseñados para sufrir. Rudyard Kipling un escritor británico autor de “el libro de la selva”, nombró estos dos escenarios de la vida de toda persona, resaltando que tanto éxito como fracaso son dos grandes impostores y hay que tratarlos con la misma indiferencia.

Entonces…, ¿Cómo se alcanza la felicidad?

Lo primero que tienes que considerar es que la felicidad no es una meta, la felicidad está en el camino de tu vida, en el proceso de vivir, la felicidad es un efecto de vivir una vida con sentido;  vivir con sentido te permite conectarte con aquello que le proporciona valor a tu vida (personas, acciones, eventos y objetos)…

Cuando vives de esa manera, disfrutas “tu viaje” con lo que venga, vives una vida congruente contigo mismo y con lo que reflejas a los demás, te otorga dirección y por lo tanto aunque te desvíes un poco de tu camino a una vida auténtica, lo puedes volver a recuperar. Vivir con sentido es decir “mi vida vale la pena” por lo que soy, lo que pienso y lo que hago; y entonces trasciendes fuera de ti, eres un faro que ya no solo ilumina su propio camino, sino que ahora esa “luz” ayuda a otros en sus “oscuridades” a encontrar su propio camino. Vivir con sentido, te trae una “felicidad humilde” porque entiendes que eres limitado, pero que eso precisamente te hacer ser persona y no querer jugar a ser Dios.

Así que, si estás cansado de buscar la felicidad, ya no la busques, mejor conecta tu vida con lo valioso que ya hay en ella, experiméntalo tal cual, siéntete agradecido(a) porque tu camino es único y puede ser tan hermoso como tú te lo permitas disfrutar y desees aprender del mismo.

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